Anécdotas de Agua, de Antonio Saint Aubyn
En el interesante conversatorio sobre las experiencias vividas por las figuras criollas del deporte de Aventura, organizado por Venezuela Aventura Experience, disfrutamos de un agradable momento con Antonio Saint Aubyn y acá presentamos sus vivencias como nadador de Aguas Abiertas:
Ricardo Cabrera
Gracias por darme esta oportunidad de compartir con ustedes, personalidades del deporte y del turismo en Venezuela.
Toda la vida dedicada a la natación, como lo comentábamos en privado, vivo a la orilla de la playa, y una primera anécdota para mí en todas estas travesías que hemos hecho gracias a Dios realizado, desde pequeño con mi abuelo nos íbamos en faenas de pesca, y la pasábamos muy bien ahí pescando, y creo que el mar es un ambiente natural para todos los que estamos por aquí por la zona costera.
Planificábamos entonces estas travesías para hacer algo por primera vez en el país, estas travesías de tantas horas en el mar, no se habían realizado antes muchas de estas largas distancias, y bueno, te cuento que en los primeros cinco o diez kilómetros me iban acompañando unas tres embarcaciones, en una de estas voy nadando más o menos frente a Cubagua, y comienzo a ver algo que en ese momento se me pareció a unos calamares, y yo les voy diciendo a los que van conmigo “consigan una red, porque aquí podemos agarrar una cantidad de calamares increíble, y aparte de la travesía nos vamos aganar un poco de plata con esta gran cantidad de calamares que están en el fondo”, y a medida que iba nadando la iba viendo más cerca y yo aseguraba que ciertamente eran unos calamares.
Calculo que pasaron unos diez minutos, y resulta que los calamares se convirtieron fue en unas aguamalas, o sea que era un montón de aguamalas y yo lo que pensaba es que se trataban de calamares…total que salí picado por todos lados, y fue uno de los momentos más difíciles de la travesía, que nos costó mucho porque debí seguir así como estaba, y yo que pensaba que nos íbamos a ganar un poco de plata, pero lo que salimos fue todo picados…., y esta es una primera aventura de las muchas que nos han ocurrido en el mar.
premio y bicicleta
Recuerdo que cuando organizábamos alguna de mis largas travesías a nado, conformábamos un equipo de apoyo con médico y otros personajes amigos míos que me decían “tranquilo, no te preocupes porque aquí también llevamos unas bolsas negras que en ellas recogeremos lo que quede por ahí de Antonio si lo llega a agarrar un tiburón”, esos son los panas, los buenos amigos que me acompañaban.
Recuerdo también, y lo tengo siempre muy presente, porque también en la natación era muy difícil obtener algún premio en efectivo, y entonces sale la travesía al Orinoco, que fue para muchos nadadores uno de los primeros eventos con premiación en metálico, en dinero, recuerdo que mi primera participación en el Orinoco fue en el año 92, en la segunda edición, ellos ofrecían un premio que en ese momento me permitía a mí comprarme una bicicleta, estaban muy de moda unas bicicletas montañeras, y bueno, ya yo formaba parte de un grupo de nadadores que estaban más o menos entre los favoritos de la competencia, y yo decía “bueno, si yo me gano ese premio me compro esa montañera”, ya la tenía vista en la tienda y todo, y fui a participar en lo que para mí fue mi primer evento con premiación en metálico, nunca antes había participado en una.
En resumen, el día antes de competir, por tanta ansiedad de ir y ganarme el premio, no dormí absolutamente nada, di vueltas y vueltas en la cama y nada, no pude pegar los ojos, no pude lograr relajarme para competir, sino que estuve pendiente de la competencia y de poder tener opción de ganarme ese premio. Resulta que entonces en la mañana en el Orinoco no eran mucho los participantes esos primeros años, eran cerca de cien atletas, y luego en otras ediciones llegaron a ser mil, y realizaban el examen médico el mismo día. Resulta que los médicos que me toman la tensión me preguntan ¿pana tú estuviste tomando, estuviste rumbeando, estás amanecido?, tú no estás en condiciones para competir, tienes la tensión muy alta..”
Eso me generó más tensión porque digo, ¿yo vengo para acá a ganar para comprarme mi bicicleta, y estos tipos no me van a dejar competir?, están locos… comencé a pelearme con los médicos, con todo el mundo ahí, un despelote, y lo recuerdo bien porque fue una situación nueva para mí, que me preparo y me voy hasta Puerto Ordaz con la intención de ganar la competencia, y ahora no me van a dejar sin ni siquiera competir.
Total que al final salió uno de los miembros del equipo médico que quizá por conocer en parte la trayectoria que yo tenía, dijo “no, yo me hago responsable, déjenlo nadar”, bueno, me dieron el permiso para competir, y logré gracias a Dios el primer lugar, y los médicos después me veían y decían “mira, el que no íbamos a dejar nadar”
Así fue que pude competir, lograr el premio y comprarme mi bicicleta gracias a la natación, al médico que creyó en mí y a la travesía del Orinoco.
Marcas vigentes y ejemplo
Antonio le da gracias a Dios de no haberse encontrado nunca con peces u otros animales gigantes en sus largas travesías a mar abierto, solo en una ocasión con amistosos delfines que le alegraron el día.
Se le pregunta sobre las distancias de sus más emblemáticas aventuras a mar abierto, y la preparación que tuvo para afrontar semejantes retos.
La de Cumaná a Punta de Piedras en Margarita fueron 63 kilómetros, y la de Margarita a Puerto La Cruz fueron 105 kilómetros, que significaron horas y horas nadando.
Lo pude hacer más que todo por el entrenamiento de chamo que estaba acumulado, guardado por ahí por algún lado, porque ya después fueron entrenamientos no con la exigencia de cuando uno está chamo, sino yo creo que era más que todo la parte mental sin duda, y la responsabilidad de cumplir una planificación adaptada a lo que eran mis condiciones en esos momentos, pero creo que la mayor fortaleza era la mente, poder estar preparado para nadar al ritmo que yo podía en esas condiciones que exhibía, y sostener eso por largas horas, y en la parte sicológica pasó a ser fundamental el acompañamiento de amigos, en una de las travesías se lanzaron al lado mío muchos pescadores, y ese fue un apoyo sicológico que generó mucha motivación en mí, porque en la primera travesía, la de Cumaná fueron 21 horas nadando, y luego la de Puerto La Cruz fue de 38 horas.
En la conversación le pregunta Luis Vidal por esos récords, si aún están vigentes, si no se los ha roto nadie…
Todavía no, pero sabes que sigo activo con las competencias de aguas abiertas, y es bastante bonito cuando se nos acercan los chamos y nos dicen “yo voy a nadar más de lo que tú nadaste, yo lo voy a hacer más rápido de lo que tú lo hiciste”, y eso es chévere pues, porque eso de alguna manera genera mucha motivación, y vienen estos chamos a los eventos que organizamos, y al compartir con ellos por supuesto nos preguntan todas las inquietudes que ellos tienen, y nos genera también a nosotros esa motivación extra.
Hemos hecho algunas clínicas de aguas abiertas, y también motivando a las personas que creen que si van a nadar al mar pueden sufrir algún percance con peces u otras situaciones, para darles confianza de que eso no va a suceder, pero siempre hay que estar atento y cuidarse.
Siento que hemos motivado mucho la práctica de la natación de aguas abiertas y se ha incrementado esta modalidad en los últimos años. Muchos nadadores, sobretodo los másters, se han enamorado de la práctica de aguas abiertas, y han dejado un poco de lado la natación en las piscinas, prefieren más acercarse a la naturaleza en el mar y en los ríos.
También tiene anécdotas sobre organización de eventos.
Podríamos hablar sobre más o menos veinte años en esto, nuestra fundación cumplió este año diez de su creación, pero antes de tenerla ya organizábamos eventos de este tipo, como el de aguas abiertas Cumaná’2007, y aún antes de ese Dany Chocrón vino, en el 2003, a Cumaná a hacer una de sus copas y lo acompañamos en su preparación, por eso podemos hablar de por lo menos 22 años participando en la organización de eventos en aguas abiertas.
De estas tenemos varias anécdotas, porque hemos organizado eventos en Cumaná y en otras ciudades, como integrantes de la Federación nos invitaron a hacer un evento en Morrocoy, yo nunca había ido allí y tenía muchas ganas de conocerlo, y me dije un aguas abiertas en Morrocoy tiene que ser un éxito total.
Resulta que sembramos el circuito de 2.5 kilómetros para el recorrido de 10 kilómetros, para dar 4 vueltas, eran 4 boyas que debíamos colocar, colocamos dos boyas y quedaron finas, participaría en la competencia la selección nacional y era válida para ir a un Mundial, pero resulta que las otras dos boyas que montamos en la parte lejana y a las que les colocamos unos sacos, unas anclas, un montón de cosas, esas boyas iban rodando como en bajada y no las aguantaba nada ni nadie.
En resumen en vez de 2.500 la vuelta terminó teniendo como 3.500 metros, y en vez de 10 kilómetros los competidores terminaron nadando como 15, todos los chamos estaban calientes, y para nosotros como organizadores fue un fracaso, porque no encontramos forma ni manera de que las boyas se quedaran fijas, de lo fuerte de la brisa y del oleaje de ese día.
Fue una locura, nunca había estado presente en un evento en el que nos pasara eso, ya habíamos organizado eventos, y era la primera vez que nos ocurría, imagínate el peso que le colocamos que cuando quisimos sacar eso tuvimos que cortar la cuerda de lo pesado que estaban, ni con ayuda de los pescadores pudimos, y aún así se movieron las boyas como quisieron…
También hemos organizado competencias de Triatlón, y en Cumaná se nos presentó una situación con un evento en donde habíamos ya repartido las responsabilidades a cada quien. Resulta que tuvimos una confusión nosotros y los chamos que iban en el grupo del retorno del trote, que era un punto en la caminería de la playa de San Luis, por alguna razón alguien les dijo que ellos iban en el ciclismo, y no había quien le indicara a los corredores dónde debían retornar, resulta que se baja el primer lote de los punteros a correr, pasan el punto de retorno y como no había nadie siguieron corriendo, yo lo veo, me voy en la moto los paso y me coloco un poco más adelante para señalarles que aquí es, devuélvanse. Tuvimos que improvisar un retorno donde no era, pero los triatletas no se dieron cuenta, y resolvimos sin mayor inconveniente.
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Su trayectoria
Antonio Saint Aubyn es un destacado nadador venezolano de aguas abiertas y activista deportivo, conocido por sus hazañas al romper récords en largas distancias de natación y por fundar la organización sin fines de lucro «Más Allá de un Reto». Nació en Cumaná, estado Sucre, el 10 de marzo de 1975.
Logros deportivos
1993: Conquistó el campeonato sudamericano de natación en Brasil.
2012: Se convirtió en el primer venezolano en nadar 63 kilómetros en aguas abiertas, uniendo a nado la isla de Margarita (estado Nueva Esparta) con la ciudad de Cumaná (estado Sucre).
2014: Superó su propio récord al completar una travesía de 105 kilómetros en 38 horas, nadando desde la isla de Margarita hasta Puerto La Cruz (estado Anzoátegui). Esta hazaña lo estableció como un referente en la natación de aguas abiertas en Suramérica.
Múltiples participaciones en el Cruce a Nado del Orinoco y Caroní: Ha participado en numerosas ediciones de esta tradicional competencia en Venezuela, recibiendo un reconocimiento por su trayectoria.
Fundación «Más Allá de un Reto»
En 2015, Aubyn fundó esta organización para promover e impulsar la natación en aguas abiertas y el triatlón en el estado Sucre y en toda Venezuela. La fundación busca:
Fomentar el deporte como herramienta de transformación social.
Formar a la próxima generación de relevo en las disciplinas acuáticas, a menudo con eventos como la Liga de Aguas Abiertas.
Organizar campamentos de natación para niños y jóvenes.
Trayectoria como entrenador
Además de su carrera como nadador, se ha desempeñado como entrenador, formando a varios atletas que han obtenido títulos nacionales e internacionales. Como parte de sus logros, acompañó a la Selección Nacional de Aguas Abiertas como delegado al clasificatorio olímpico de Tokio 2021.